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Juan Manuel Sáez byte ti

Complicado 2018

Acaba el año con más incertidumbres que con las que lo comenzamos y con perspectivas dudosas de enmendarlas en 2018, al menos en el corto plazo. Al margen de los avatares políticos, no contamos con un sector cohesionado. Se puede constatar cómo otros sí lo tienen claro: véanse el de Agricultura, Transporte, Turismo, Industria Automovilista, por poner unos pocos ejemplos; cuentan con planes globales y ayudas concretas de la Administración.

En el Tecnológico, no. Hubo planes informáticos hace años, sobre todo en las vísperas electorales, pero los últimos gobiernos, tanto del PSOE como del PP, tan solo han parcheado algunas iniciativas desperdigadas, con poca incidencia en el beneficio global de esta importante industria.

Por no tener, ni siquiera hay una patronal unida: como en el resto del panorama político, luchas internas y personales han dividido al empresariado, otrora más concienciado en organizaciones como SEDISI, ANIEL, Aetic o Asimelec, que dieron lugar a AMETIC. Pero, en ésta última, que aglutinaba a un amplio espectro, se desataron los intereses personales y acabó rompiéndose.

En resumen: las empresas interesadas están divididas, la Administración no tiene un plan serio global y la economía, por cuestiones políticas, apunta a un estancamiento. Ante este panorama, ¿qué hacemos los que vivimos de él? Pues está claro, no contar con ellos y trabajar. Tenemos unas empresas súper preparadas y dinámicas en un entorno que todavía tiene mucho margen de mejora a nivel de asunción de nuevos procedimientos de automatismo de tareas.

Dediquémonos a seguir innovando y a proveer al conjunto del sistema productivo español de las herramientas necesarias para aumentar la productividad y ser más competitivos. Esto, con el insoslayable corte de mangas a nuestros políticos, nos ayudarán a mantenernos a flote.

¡Suerte para todos (menos para uno) en 2018!

 

Creyentes y no creyentes deberíamos rezar para que el Mobile World Congress no se vaya de Barcelona. Sería un desastre monumental, no solo por los beneficios económicos que aporta. Es más importante y decisivo el factor sicológico y de estabilidad que puede generar. Lo necesitamos para comer.

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