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El lego de los CIOs

A nadie se le escapa que actualmente se está viviendo un nuevo escenario en las estructuras de TI. Aspectos como Big Data, Movilidad, Internet de las cosas, Social Media y las iniciativas Cloud han propiciado que las estructuras de TI tradicionales a las que estábamos acostumbrados no sean capaces de adaptarse a estos nuevos escenarios cada vez más exigentes. José Antonio Lejarza Consultor, experto en virtualización de Ibermática

La necesidad de mayor flexibilidad, dinamismo, reducción de costes y la optimización de los recursos tecnológicos de las organizaciones para mantenerse competitivas y enfrentar ágilmente los requerimientos del mercado está impulsando fuertemente tecnologías como la virtualización.

Hasta la fecha nuestros CPDs sobre los que dábamos respuesta a las aplicaciones que soportaban el negocio estaban definidos por hardware. Una nueva aplicación implicaba hardware nuevo, una nueva línea de negocio implicaba hardware nuevo, una incorporación de otra compañía implicaba hardware nuevo, cualquier cambio… implicaba hardware nuevo.

Pero apareció la virtualización, y gran parte de los CIOS, al principio de forma recelosa, la  fueron incorporando, inicialmente en los entornos de desarrollo y de preproducción, pero hoy en día se virtualizan incluso las aplicaciones más críticas, sobre las que se sustenta el negocio, es un “must be”, nadie lo cuestiona. Es una tecnología madura.

Beneficios de la virtualización

El hecho de la extensión de la virtualización de los servidores en los CPD ha permitido adoptar otras tecnologías y proveer a los negocios de capacidades antes inimaginables. Hablo fundamentalmente de la Alta Disponibilidad, tanto a nivel de aplicación como de CPD. La virtualización ha permitido construir CPD tolerantes a fallos, realizando incluso copias de los datos de forma remota. Ha permitido dar flexibilidad a los departamentos de TI y agilidad, proveyendo a los negocios de “infraestructura” en un tiempo record, alineando los tiempos de respuesta que cada vez se exigen más cortos. Ha permitido reducir los costes y aumentar la eficiencia. Ha permitido realizar pruebas sin riesgo, disponer de un ciclo de vida del hardware mucho más aquilatado a los tiempos que corren. Y ha permitido, en definitiva, romper el binomio casi perverso hardware/aplicación.

Pero la virtualización no sólo se ha quedado en los entornos de las aplicaciones. Han surgido últimamente iniciativas que inicialmente prometían las mismas bondades que la virtualización de servidores. Se está hablando de virtualización de los puestos de trabajo, del almacenamiento, de redes, de aplicaciones, etcétera. Todo parece virtualizable, como si asegurase las mismas bondades y retornos de inversión que la virtualización de la plataforma, pero no es siempre así.

La Pieza Negra del Lego

Las empresas están interesadas en VDI (Virtual Desktop Infraestructure) por una razón: VDI puede ayudar a centralizar la administración de los escritorios y obtener mayor control sobre la plataforma de usuario. Muchos CIOS han explorado la virtualización de los escritorios creyendo que se iban a obtener los mismos beneficios que la virtualización de la plataforma, y no siempre ha sido así, ya que a esta tecnología se le suman aspectos como el licenciamiento, las necesidades de caudal de comunicaciones, e incluso la necesidad de disponer en el CPD de arquitecturas más complejas y costosas. A esto se le ha sumado la proliferación de dispositivos móviles que han aparecido en los últimos años y a los que se les deseaba dar una capacidad empresarial, permitiéndoles acceder a las aplicaciones corporativas.

Muchos pensaron que estas tecnologías de VDI iban a ser la solución mágica que solucionase estas problemáticas, pero no siempre se han conseguido los resultados esperados. Cuando se considera VDI es importante entender las implicaciones y los requerimientos de su implementación. Es la solución adecuada para ciertas situaciones, aunque no para todas. VDI es simplemente una forma de virtualizar los escritorios y no es la única opción que existe: se pueden virtualizar las aplicaciones, el sistema operativo de usuario, etcétera.

Por lo tanto, antes de considerar una virtualización de escritorios es necesario un conocimiento exacto de las tecnologías existentes y las problemáticas que se desea solventar.

Nuevas piezas y nuevos retos

El concepto de virtualización se ha extendido tanto que ahora abarca áreas que no eran susceptibles de ser virtualizadas, y que además se encuentran en la cresta de la ola de las iniciativas predichas por los analistas para los próximos años.

En concreto hablamos de virtualización de almacenamiento y virtualización de redes.

Hoy en día, las organizaciones no sólo se enfrentan a una mayor complejidad, sino que también deben gestionar un crecimiento de datos sin precedentes. El mundo genera 15 petabytes de datos por día, la información se duplica cada 18 meses y la capacidad de almacenamiento crece un 45% por año. Además, el 80% del crecimiento de información comprende datos no estructurados.

Los datos son la nueva materia prima de los negocios, son un activo crítico, y aunque se están dedicando muchos recursos a gestionar el almacenamiento de los datos, y se adquiere más almacenamiento año tras año, realmente se utiliza menos del 50% de la capacidad del ya existente.

Ante estos datos nos preguntamos: ¿Cómo crear una infraestructura que reduzca costes, proteja la información y entregue nueva inteligencia para permitir decisiones de negocio más inteligentes? La respuesta parece clara, virtualizando el almacenamiento y, de la misma forma que la infraestructura, rompiendo el binomio entre las aplicaciones/almacenamiento.

Almacenamiento

La virtualización del almacenamiento se centra en tres retos: Dejar de almacenar tanto, transferir los datos al lugar correcto, y almacenar más con lo que se tiene instalado. La primera opción se consigue comprimiendo o deduplicando los datos, nos podemos encontrar con tasas de compresión o deduplicación de hasta el 80% sin pérdida de rendimiento. La segunda opción implica grabar la información en el tipo de disco adecuado, es decir, disponer de un entorno de calidad para la información, almacenándola y sirviéndola desde el disco correcto con un coste también correcto. Y por último, almacenar más con lo que se tiene, incorporando capas de virtualización al almacenamiento. Esto permite ampliar los ciclos de vida de las cabinas actuales, dedicándolas a otras funciones, sin centrarse en un solo fabricante.

Redes

Sobre la virtualización de las redes es el mismo concepto. Consiste en la combinación de los recursos de red del hardware con los recursos de red del software en una única unidad administrativa. El objetivo de la virtualización de redes consiste en facilitar un uso compartido de recursos de redes eficaz, controlado y seguro para los usuarios y los sistemas. Se trata del SDN (Software Defined Network).

El producto final de la virtualización de redes es la red virtual. La virtualización es un concepto totalmente aplicable a la red y será uno de los motores. Del mismo modo que ha sido un driver en el mundo del Cloud Computing puede serlo también en el campo de las telecomunicaciones, probablemente por unas razones muy similares, precisamente por el logro de independizar la capa de software de la capa de hardware sobre la que corre.

Y llegó el Cloud

Más allá de la tecnología elegida e incluso del tipo de Cloud (privada, híbrida, semi híbrida…), el motor para trasformar los entornos de TI hacia la Cloud será la virtualización, entendiendo ésta como un concepto global en el que el software se convierte en protagonista.

La velocidad de despliegue que se exige a los departamentos de TI, la escalabilidad necesaria para ciertas aplicaciones, la seguridad derivada de tendencias como el Byod, el rendimiento exigido por las aplicaciones de Big Data y la capacidad de gestión del entorno van a exigir a los CIOS adoptar de una u otra forma soluciones Cloud, y la forma más simple para llevarlas a cabo será disponer de un CPD definido por software, en el que los diferentes elementos estén virtualizados.

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